Con eso en mente, ahora regreso con otro review de otro libro (¿publicación? ¿serie de links? Ciertamente no es un reporte, pero ahondaré en eso más adelante) que todo mundo me puso en Facebook y Twitter, pero que parece ser que nadie (ni siquiera algunos de quienes lo presentaron) se molestaron en leer. Me refiero al "Reporte Ethos: Descifrando la corrupción" de Ethos Laboratorio de Políticas Públicas.
Primero que nada, por ningún motivo quiero que alguien piense que este reporte me parece enteramente malo. Sí tiene partes buenas. Una de las más esenciales es que hace un resumen bastante útil del Sistema Nacional Anticorrupción y sus leyes, lo cual es un gran favor que les hace a las personas interesadas que no van a meterse al bosque de leyes para intentar entenderlas.
Otra decisión que aplaudo es que hayan incluido recomendaciones puntuales para el Sistema Nacional Anticorrupción en el Capítulo 3 y luego hayan hecho recomendaciones generales en el capítulo de Recomendaciones. Posiblemente les sugeriría estructurar ambas listas de recomendaciones para que sea más clara la relación entre ellas, por ejemplo especificando que las del capítulo 3 derivan de las de al final, pero igual creo que es un buen paso. Pocos documentos de este tipo se atreven a incluir recomendaciones genuinas y puntuales (me viene al menos un ejemplo a la mente), y este lo hizo. No sé qué tanto valor requiere eso, pero ciertamente separa a este documento de otros de su tipo.
Ahora bien, sí hay algunas cosas sobre este "reporte", que me hacen pensar mal de la ética laboral de quienes lo elaboraron.
Por ética laboral me refiero al compromiso que quienes lo elaboraron tienen con su trabajo. Cuando uno elabora un proyecto de investigación, lo responsable es firmarlo y cargar con sus consecuencias, ya sean positivas o negativas. Si todos lo amaron, sabrán a dónde mandar felicitaciones y preguntas. Si hay críticas, entonces habrá manera de recibirlas. Y si está mal hecho, alguien carga con las consecuencias de eso también.
Una primera falla de este documento es decir que es un reporte, cuando eso implicaría que existe al menos una delimitación específica de la información que se va a cubrir. No solo no existe esa delimitación, sino que la mayor parte de la literatura verdaderamente académica que se cita es de entre 2000 y 2008. Esto es cuestionable porque lo publicaron en 2017, si acaso porque podría indicar que nadie se molestó en verificar la vanguardia de los estudios de corrupción. Si aparte se toma en cuenta que citan estudios mucho menos rigurosos (de nuevo, uno específico) y fuentes periodísticas en lugar de ver las fuentes académicas primarias, esto nos habla de flojera de investigar en el mejor de los casos, y mediocridad en el peor.
Este tipo de mediocridad se puede ver particularmente claro en el uso que se le da a una fuente muy específica: el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional. Ya expliqué a detalle el problema con hacer comparaciones temporales incorrectas y tomarlo como un veredicto sobre la corrupción en un país específico aquí, cuando Amparo Casar hizo lo mismo que Ethos en su reporte.
Ya hasta hice un video sobre el tema. Véanlo si no tienen ganas de leer el review de "México: Anatomía de la corrupción" que he linkeado muchas veces en este post.
Transparencia Internacional especifica las indicaciones para usar su índice todo el tiempo. Gente de mi generación las explica todo el tiempo. Genuinamente no comprendo cómo, si intentamos excluir las muy plausibles explicaciones de flojera y/o mediocridad, nadie en Ethos dudó, pensó en verificar la información o siquiera googleó si tenía sentido decir y mostrar esto:
"Elaboración propia" no es un cumplido cuando lo elaboras mal. |
Todo ese párrafo básicamente dice "pues aparte hay que pedirle a la gente que pues no sea corrupta, que no manche". Eso se pone en Twitter si un día tienes flojera de hablar en serio de recomendaciones contra la corrupción. ¿En un reporte de un "laboratorio de políticas públicas"? No lo creo, y lo digo porque casi puedo escuchar los regaños y burlas si yo hubiera salido con una sugerencia así en mi maestría en políticas públicas. Este tipo de sugerencias muestran una cosa ineludible: Alguien, por la razón que sea, no quiso ponerse a pensar en sugerencias concretas de política pública.
Y no me malinterpreten, sé que no soy la audiencia meta de estos reportes y que nadie me obliga a leerlos ni a disfrutarlos. Tengo la impresión cada vez más sustentada de que estos reportes y los eventos en los que los presentan tienen el objetivo central de hablar de un tema de moda sin darle demasiado trabajo a la gente involucrada. Estas publicaciones no se tratan de educar a las masas (porque enfrentémoslo: nadie las lee para aprender), ni de divulgar información (a menos que explicaran por qué sus fuentes son periodísticas o de 10-15 años de antigüedad), ni de expandir el enfoque de la investigación sobre el tema (porque enfrentémoslo: sus autores las firmarían si ese fuera el objetivo). Son para cierto sector poblacional que le interesa que lo fotografíen y graben hablando de corrupción para propósitos de relaciones públicas. Si no me creen, la próxima vez que vayan a uno cuenten a cuántos servidores públicos ven actualizando sus redes sociales en ese momento. Lo que importa no es el contenido del documento ni de lo que se diga, sino quién es visto en el evento.
Un ejemplo es que en el evento de presentación de este documento hayan puesto en el presidium a una funcionaria de la Secretaría de la Función Pública y que le hayan permitido decir esto:
No me molestaría tanto que hablara por todos los mexicanos (¿qué sabe ella de qué acepto tácitamente sobre cómo se hacen los trámites?) si no fuera porque ella representa a una Secretaría de Estado que literalmente está encargada de que los mexicanos NO acepten tácitamente que solo la corrupción les permite accesar a trámites y servicios. ¿Qué sigue? ¿Alguien de la Secretaría de Turismo diciendo que es la aceptación tácita del mexicano que turistear es una pérdida de tiempo? ¿Alguien de la Secretaría de Educación Pública diciendo que es la aceptación tácita del mexicano que solo los ricos tienen derecho a la educación? Por favor, no.
En resumen: Hay cosas buenas en ese reporte, pero también tiene partes mal hechas y una bibliografía de cuando Vicente Fox era presidente. Si quieren aprender sobre corrupción, este reporte podría servir como un acercamiento extremadamente previo a una investigación verdadera, pero nada más.